Entre otras cosas, el informe señala que los casos de Malaria en Europa se han incrementado de 2.882 en el año 1981, a 12.328 en 1997. De ellos, a pesar de las facilidades médicas disponibles, se ha muerto un 7%. Ello porque los médicos europeos no están familiarizados con la enfermedad y hacen el diagnóstico tardíamente.

Estos casos corresponden a europeos que han viajado a países donde la Malaria es endémica y vuelven ya contagiados. Existe un gran temor que los mosquitos locales adquieran el parásito de esos viajeros y restablezcan así la cadena de retransmisión. Por otra parte preocupa el hecho de que hallan aparecido algunos casos en personas que no han viajado, pero que vivían en los aeropuertos, lo que sugiere que podrían venir los mosquitos en los aviones. Si a ello se agrega el colapso de la Unión Soviética y las guerras internas de los países que eran dependientes de ella, se incrementa el peligro, dado que en esas regiones se han afectado seriamente las condiciones de salud.

El informe señala que la enfermedad se ha incrementado en zonas endémicas vecinas, como Afganistán, y que las epidemias se han extendido a Azerbaijan y Tagikstan. Ya se han descrito dos casos en personas que no han viajado, y que viven a 180 kilómetros de Moscú.

En Turquía, donde la Malaria se habría eliminado en 1989, han aparecido nuevos casos en los últimos años. También han aparecido casos en Bulgaria y en Italia en personas que no han viajado. Todo hace temer que la epidemia se extienda al resto de Europa.