Lo que se come esta en el cabello. Estudios en las momias
( Publicado en Revista Creces, Marzo 1999 )

Para el estudio de civilizaciones pasadas, ya no sólo se cuenta con la observación directa de restos arqueológicos o de cuerpos embalsamados o preservados naturalmente. Hoy se dispone, además, de una variedad de tecnologías que permiten averiguar muchos detalles de la vida pasada. La última es el análisis del cabello, que permite conocer la composición de la dieta.

Los paleontólogos y antropólogos cuentan ahora con muchas y nuevas herramientas para hurgar en el pasado.

Hasta hace poco tiempo, sus teorías se basaban sólo en la observación de las especies y en el análisis directo de los hallazgos antropológicos que se habían preservado en el tiempo. No se disponía de conocimientos ni de tecnologías que pudieran, por ejemplo, ratificar definitivamente la teoría de lo evolución. Hoy en cambio. disponen de todo un bagaje de nuevas herramientas, por ello se ha estado desarrollando una verdadera nueva especialidad: "la paleoantropología", que reúne disciplinas de los más variados orígenes.

Ahora pueden examinar las mutaciones del DNA y por ello calcular las relaciones y la edad de las distintas especies. Además pueden calcular la edad de los hallazgos por medio del carbono 14 u otros radioisótopos. Si se quiere ir más atrás en el tiempo, se puede utilizar la radioactividad del uranio. Por su parte, los especialistas en el lenguaje aportan valiosos antecedentes a través del estudio de la evolución del idioma, contribuyendo así a precisar el origen de los grupos humanos y deducir evoluciones y desplazamientos de ellos. Del mismo modo, el análisis o restos encontrados en excavaciones, proporciona antecedentes muy valiosos de los hábitos y costumbres de antiguas poblaciones. Ahora algo nuevo: "del análisis del pelo de las momias, se puede deducir qué comían".

Steve Macko, de la Universidad de Virginia en Charlottesville, afirma que todo lo que necesita es un pequeño mechón de cabello, para así conocer los secretos de su dieta y cuáles fueron sus alimentos favoritos (New Scientist, Diciembre 12,1998, pág. 34). "Lo que uno come se fija en el cabello y éste puede examinarse y deducir muchas cosas", afirma Macko.

Para los arqueólogos, la firma química que ha quedado en el pelo, constituye magnífico material de trabajo. Hasta ahora, con el mismo propósito, sólo se podían examinar los restos de los alimentos que habían quedado en los sitios habitados por el hombre, o en las tumbas de las momias. Pero esto tiene la limitación de que no siempre se encuentran estos restos, y además muchos de ellos se descomponen. Pero en todas las civilizaciones en que se ha tratado de preservar el cuerpo humano momificándolo, se ha tenido especial cuidado con el cabello. Este, aunque hayan pasado miles de años, puede decirnos qué comió la semana antes.


La importancia del alimento

Para los arqueólogos, la dieta no es sólo cuestión de qué es lo que las personas han comido. "Si uno sabe qué es lo que comía la gente, se puede saber en qué gastaba buena parte de su tiempo y así conocer más de cerca sus hábitos y costumbres", dice Tamsin O`Connell, un químico del Research Laboratory for Archaeology and the History of Art de la Universidad de Oxford. "Si ellos comen sólo almejas y pescados, se puede afirmar que son pescadores". Si por el contrario, comen sólo cebada y trigo, seguro que fueron agricultores".

El pelo está hecho de una proteína llamada alfa queratina, y los cambios con el alimento se reflejan en el pelo mejor que en cualquier otro tejido. La firma química que les permite a Macko y sus colegas saber qué han comido, lo provee mediante el estudio de los isótopos del carbón, nitrógeno y azufre que quedan incorporados a los aminoácidos que constituyen la queratina. En la naturaleza, estos tres elementos constituyen una mezcla de forma estable, en que predomina la forma liviana de carbono-12, nitrógeno-14 y azúfre-32. Las formas más pesadas de estos mismos isótopos ( con un número extra de neutrones) está allí en pequeñas cantidades, pero también son medibles.

La proporción de isótopos pesados en cualquier alimento, depende de dónde éste proviene y "su nivel trófico" ( su posición en la cadena de aliemntos). "No podemos saber qué tipo de pan ha comido una persona, pero sí podemos determinar si ellos comían granos, carne,pescado o vegetales. Todo esto se puede saber a través del análisis del pelo.

Para probar su hipótesis, Macko y su colega Michael Engel, un geoquímico de la Universidad de Oklahoma, analizaron el pelo de sus estudiantes de pregrado de la misma Universidad. Pequeños mechones, los quemaron a una- temperatura de 100ºC o más, generando así una mezcla de gases, los que a su vez fueron examinados por cromatografía y espectrofotometría de masas.

Como resultado del análisis del pelo de los estudiantes, pudieron observar que la cantidad de carbono-13 indicaba en general qué clase de plantas habían consumido. Cuando las plantas producen azúcar durante el proceso de fotosíntesis, ellas utilizan una o dos series de reacciones químicas, que dependen de algunas enzimas específicas. Así, por ejemplo, las reacciones en el carbono en posición 3 (C3) de la glucosa (que es en el que reacciona en la mayor parte de la especies de plantas) discriminan contra el isótopo pesado determinando la muestra por no contener nada de carbono -14 en sus tejidos. En cambio las plantas que reaccionan con el carbono 4 (C4), está constituidas por un grupo especial, que incluyen importantes cosechas, como el maíz, el sorgo, el mijo y la caña de azúcar y que usan los dos isótopos en la misma concentración que éstos se encuentran en el aire. Estos carbonos pasan a través de la cadena alimentaria, de modo que el pelo de las personas que comen mucho maíz, o que alimentan con maíz a los animales, tendrán una mayor concentración de carbono 13 que las personas que comen trigo o consumen animales que se alimentan con pasto.

También encontraron que la firma del nitrógeno distingue a los vegetarianos de los carnívoros. En cada una de las etapas de la cadena alimenticia, en su paso desde las plantas a los herbívoros, a omnívoros y carnívoros, la señal del nitrógeno-15 aumenta en pequeña proporción, pero en forma constante. "Nadie sabe por qué, pero es así", dice O`Connell. "Probablemente ello está relacionado con la forma en que el proceso metabólico maneja el nitrógeno". Los vegetarianos absolutos tienen en el pelo los niveles más bajos de nitrógeno -15. Los vegetarianos que comen además huevos o leche, son pseudo omnívoros y tienen niveles intermedios. Los que son muy entusiastas de la carne, tienen los valores más altos de nitrógeno -15. Asimismo, las personas que comen mucho pescado, tienen los valores más altos de nitrógeno -15. Esto se debe a que las algas, que están en la base de la cadena alimentaria marina, contienen más nitrógeno -15 en sus tejidos que las plantas que crecen en la tierra. Pero además, esta mayor concentración refleja en el mar una cadena alimentaria más larga.

Cantidades elevadas de azufre-34 en el pelo también revela que son consumidores de productos del mar. Las bacterias que producen sulfuros de hidrógeno, discriminan contra los isótopos pesados, de modo que cuando el gas eventualmente escapa del agua, el océano es menos rico en azufre-34. Mientras tanto, cuando los isótopos más livianos llueven sobre la tierra, alteran el balance de isótopos disponibles para las plantas terrestres.

Los resultados que los investigadores obtuvieron al analizar el pelo de sus estudiantes, presentaron una gran variación de isótopos y ellos los interpretan como consecuencia de la gran variedad de alimentos que consumían, ya que ellos eligen sus alimentos dentro de la enorme variedad que existe en un supermercado. Sin embargo en algunos, se pudo identificar algunas características alimenticias, lo que pudieron corroborar con el análisis del pelo (ver figura).


El pelo y las momias

El pelo es tremendamente estable en su composición y el contenido de radioisótopos no cambia con ningún tipo de tratamiento. Así por ejemplo, los autores ensayaron diversos colorantes para teñirlos, o diferentes champúes, y esto no modificó su composición isotópica. De este modo se puedo asumir que cualquier preparación a que haya sido sometido el cabello de las momias, no altera su composición.

Con todos estos antecedentes los investigadores han examinado el cabello de los más diferentes tipos de momias, como las momias egipcias, que vivieron hace 4000 años, las momias de los Cristianos Coptos del siglo VIII, cuyos cuerpos se momificaron naturalmente en las arenas del desierto; se examinaron también las momias del Chinchorro, en Chile, cuyas edades fluctúan entre 800 y 5000 años y finalmente en Qtzy, el hombre neolítico que murió en los Alpes hace 5300 años. Cuando fue posible también los investigadores analizaron restos de alimentos de algunos sitios arqueológicos para compararlos con la información que daba el estudio del cabello.

Las momias del antiguo Egipto, que obviamente pertenecían a un grupo privilegiado de aristócratas que pudieron ser embalsamados, el análisis del pelo demostró que consumían una cantidad importante de carne. Los Coptos representaban un corte transversal de toda la sociedad (la momificación fue natural): ricos, pobres y clase media. El pelo reveló que algunos comían vegetales, otros pescados y otras carnes.

Las momias del Chinchorro provenían de tres sitios diferentes en el norte de Chile. Las que estaban enterradas en el Morro de Arica, su pelo reveló que comían mariscos y algo más. El estudio isotópíco reveló en esa zona, donde parece que el 95% de sus alimentos provenían del mar. Las momias de Maderas Enco, a cinco kilómetros de la costa consumían una mayor variedad de alimentos, pero aun así, el 50% de los alimentos provenían del mar. El tercer grupo de momias pertenecían al valle de Azapa, a 30 kilómetros del mar. Ellos comían una mezcla de plantas C3 y C4, y una pequeña cantidad de alimentos del mar. En este grupo apareció una momia que se salía del promedio y que consumía casi exclusivamente alimentos marinos. Era sin duda una persona extraña, pero podría ser un viajero o un comerciante que venía de la costa.

En cuanto al hombre que murió en la nieves de los Alpes, dio un resultado sorpresivo, ya que
de acuerdo al examen del cabello, era un vegetariano que consumía casi exclusivamente plantas C3. El hallazgo fue raro, ya que aparentemente era un cazador, a juzgar por sus armas y su vestimenta. Sin embargo, sus dientes sugerían también que se alimentaba de granos y plantas.

Actualmente los investigadores han comenzado a estudiar un grupo de doscientoas momias que han sido descubiertas recientemente en la selva peruana, con lo que se va apoder conocer mucho de los que habitaban en esa zona, donde parece que la dieta está dada preferentemente por frutos propios del bosque.

En resumen, el estudio del pelo parece dar importante información acerca de la dieta que las momias habían consumido en el curso del año o dos años, que es el tiempo que demora en crecer el largo cabello. Es también interesante que, analizando el pelo a diferentes distancias de la raíz, se puedan conocer incluso las variaciones estacionales de la dieta. Con ello los antropólogos y paleontólogos cuentan ahora con una nueva tecnología que les permite conocer más sobre el pasado.


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