La epidemia de obesidad y el rol del virus SMAM
( Creces, 2009 )
Hace algún tiempo, Nikhil Durandhar observó una epidemia viral que afectaba a las aves, las que fallecían, comprobando que en sus tejidos contenían una gran cantidad de grasas. El autor encontró un virus culpable de la epidemia, denominado SMAM, perteneciente a un grupo de los llamados adenovirus. El hecho parecía raro, pero el hallazgo incentivó la profundización de las investigaciones. Que un virus fuera el culpable de la obesidad, era muy raro, pero ahora con nuevas investigaciones, esta conjetura gana credibilidad.
(Un virus podría producir obesidad)
En la actualidad Durandhar y sus colegas, están trabajando en la Universidad Estatal de Louisiana, en Baton Rouge, USA. Han continuado con sus investigaciones y han encontrado que el adenovirus-36 (semejante al SMAM), efectivamente produce un incremento del peso en los animales de experimentación. En otra experiencia realizada en humanos, encuentra que el 30% de las personas obesas presenta anticuerpos contra este virus, mientras que las personas delgadas, sólo un 10%.
Otra investigadora del grupo, Magdalena Pasarica, de la misma universidad, realizó otro experimento. Tomó células troncales grasas humanas, que habían sido aisladas de grasas extraídas por liposucción y las infectó con el adenovirus-36. Observó que estas células comenzaban a multiplicarse y que además se llenaban de grasa. Al infectar las mismas células con otros virus, no se observó ningún efecto (International Journal of Obesity, vol. 31, 2007, pag. 87).
Durandhar afirma que estos virus en los animales son contagiosos, dado que en el laboratorio observa que la infección se extiende con mucha rapidez de jaula a jaula. Los hallazgos de Pasarica sugieren que eventualmente sería posible combatir la obesidad transmitida por el adenovirus-36, mediante vacunas, o eventualmente tratarla con "cidofovir", una droga antiviral que generalmente se administra a los pacientes con SIDA, para tratar las verrugas genitales y las infecciones virales de los ojos. Al agregar la droga antiviral a células grasas se impide que el adenovirus-36 actúe sobre las células grasas de la rata, las que no son capaces de iniciar su multiplicación. Por ahora el objetivo primario de los investigadores se concentra en averiguar cuales son los mecanismos por los cuales el virus induce la multiplicación de las células troncales grasas. A pesar de todos estos interesantes resultados, otros investigadores continúan escépticos.