Los monstruos de griegos y romanos
( Publicado en Revista Creces, Agosto 2000 )
La mitología griega y romana está plagada de gigantes y monstruos que defienden tesoros o se traban en grandes batallas. Sin embargo, esta proliferación de seres mitológicos parece haber tenido una base empírica. Según Adrianne Mayor, autor del libro "The First Fosil Hunters" (Princeton University Press, NJ 2000), en los antiguos tiempos se habrían encontrado huesos de dinosaurios, los mismos que también ahora se encuentran. Como en los tiempos actuales, basándose en ellos, seguramente trataron de reconstruir el animal original, asumiendo de esta manera su existencia, tal como lo hacen los paleontólogos de nuestros tiempos.
Probablemente utilizaron la misma tecnología actual, comparando los restos y tratando de reconstruir un esqueleto. Así habría nacido el mito del "Grifo Guardián del Oro", descrito como un fiero cuadrúpedo, con una cabeza de armadura, provista de un mortal pico capaz de despedazar a quien osara acercarse. Según Mayor, este mito no sería otro que el "Proteceratops", el dinosaurio que hizo famoso Roy Chapman Andrews en la década de 1920, al encontrarlo en la zona limítrofe entre Asia y China.
En aquella época se habrían descubierto muchos huesos prehistóricos, que terminaban en los templos o en pequeñas colecciones. Aparentemente el Emperador Augusto tenía su propio museo paleontológico en la isla de Capri. De allí al nacimiento del mito, había sólo un paso.